jueves, 22 de abril de 2010

ESA BENDITA SIESTA...


Que la siesta tiene numerosos beneficios para la salud no es nuevo. Pero ahora, una investigación revela que esta costumbre tan mediterránea supone una ventaja a la hora de afianzar los conocimientos previamente aprendidos, aunque sólo si se sueña con la tarea memorizada.

“Algunos han considerado el sueño como un entretenimiento, pero este estudio sugiere que se trata de un subproducto del procesamiento de la memoria”, explica Robert Stickgold, autor principal del trabajo e investigador de la Facultad de Medicina de Harvard (EE UU).

Los autores pidieron a los participantes que se sentaran delante de una pantalla de ordenador y memorizaran la estructura de un laberinto tridimensional para que pudieran, cinco horas más tarde, llegar a un punto concreto (un árbol) cuando se les dejaba caer en un lugar al azar en el espacio virtual. Quienes durmieron una siesta y recordaban haber soñado con la tarea llegaron al árbol en menos tiempo.

“En un principio, pensábamos que el sueño debe reflejar el proceso de la memoria que mejora el rendimiento”, afirma Stickgold. “Pero cuando miras el contenido de los sueños es difícil sostener esto”. Además, el investigador no tiene claro si hay que recordar los sueños para sacar beneficios, aunque sospecha que no. "Después de todo -señala- las personas sólo recuerdan no más del 10 o 15% de los sueños".

“Pensamos que los sueños son un indicador de que el cerebro está trabajando en el mismo problema en diferentes niveles”, continúa Stickgold. “Los sueños pueden reflejar el intento del cerebro de encontrar asociaciones para los recuerdos que podrían hacerlos más útiles en el futuro”.

En otras palabras, no es que los sueños nos lleven a una mejor memoria, sino que son un indicio de que otras partes inconscientes del cerebro están trabajando duro para recordar cómo guiarse por el laberinto virtual. Porque los sueños son básicamente un efecto secundario de ese proceso de la memoria.

Estudiar antes de dormir

Los autores sostienen que puede haber formas de aprovechar este fenómeno para mejorar el aprendizaje y la memoria. Por ejemplo, puede que sea mejor estudiar justo antes de irse a dormir a hacerlo por la tarde. Y puede que sea aconsejable dormir una siesta tras una intensa tarde de estudio.

Las personas pueden darse cuenta de los hábitos de estudio o los procesos mentales que les llevan a soñar sobre algo que necesitan recordar mientras están despiertas. Stickgold explica que lo más emocionante es aclarar una cuestión más profunda: ¿Por qué soñamos? ¿Cuál es su función?

Los investigadores esperan seguir su estudio mediante la manipulación del entorno de aprendizaje, de manera que se estimule la incorporación en los sueños. También planean estudiar el mismo fenómeno tras una noche entera de sueño.

FUENTE: SINC

Etiquetas:

miércoles, 21 de abril de 2010

EINSTEIN TENÍA RAZÓN


Los cúmulos con cientos de galaxias, objetos que se cuentan entre los más grandes que componen el universo, obedecen a la perfección a la teoría de la relatividad, según acaban de confirmar las mediciones de la sonda espacial Chandra de la NASA.

Los trabajos aportan una de las comprobaciones de la teoría de Albert Einstein a mayor escala, ya que abarcan conjuntos de hasta 1.000 galaxias que están entrelazadas por las fuerzas de la gravedad. La propuesta de Einstein para explicar la expansión del universo funciona muy bien dentro del Sistema Solar, donde se ha podido probar con mediciones reales. Pero su comportamiento en lugares más lejanos del cosmos es un misterio, especialmente desde que se descubrió que la velocidad a la que crece el universo es cada vez más rápida.

La explicación más aceptada para compatibilizar este fenómeno con la relatividad es el que predice la existencia de la energía oscura, que compondría el 74% del universo, y de la materia oscura, que formaría el 22%.

Otras teorías

El gran problema es que nadie ha conseguido aún observar directamente ninguno de esos dos ingredientes. Eso ha favorecido teorías alternativas, como la de la gravedad modificada. El modelo dice que la fuerza de la gravedad es distinta en diferentes puntos del espacio y que eso hace posible que el universo crezca cada vez más rápido sin necesidad de materia ni energía oscura.

Aunque ninguno de los dos nuevos estudios han conseguido detectar los esquivos ingredientes, sí confirman que los conjuntos de galaxias crecen de forma compatible con ellos. El primero, realizado por investigadores del Instituto de Tecnología de California, ha analizado la masa real de 49 cúmulos y la ha comparado con las predicciones teóricas. El estudio ha permitido analizar el universo en escalas de 130 millones de años luz. No ha encontrado en los cúmulos ninguna prueba de que la fuerza de la gravedad no sea constante. El trabajo se ha publicado en Physics Review D. El segundo trabajo ha analizado 238 cúmulos de galaxias observados por la sonda Chandra y el telescopio alemán Rosat, que funcionó hasta 1999. Los expertos compararon cuánto han crecido esos cúmulos con la talla que deberían tener según la teoría de la relatividad. La coincidencia es completa.

"La teoría de Einstein ha vuelto a acertar, esta vez calculando cuántos cúmulos se han formado debido al efecto de la gravedad durante los últimos 5.000 millones de años", explica David Rapetti, investigador de la Universidad de Stanford (EEUU) y coautor del estudio, que se publicará en Monthly Notices of the Royal Astronomical Society.

Desde su lanzamiento en 1999, la sonda Chandra ha aportado importantes detalles sobre cómo se comporta la materia en el universo. Sus detectores de rayos X han permitido analizar con un detalle inusitado la aparición y muerte de estrellas, el movimiento de agujeros negros o la asimilación de una galaxia por otra más grande.

Fuente: PÚBLICO

Etiquetas: , , , ,

domingo, 18 de abril de 2010

EL PARQUE CRETÁCICO ESPAÑOL


Hace una semana, los rayos X más potentes de Europa viajaron a la España de hace 110 millones de años. Los rayos de luz del sincrotrón ESRF de Grenoble (Francia) penetraron en una pequeña pieza de ámbar, desenterrada en el País Vasco, hasta unas profundidades a las que nada había llegado antes. Como en una radiografía de potencia inusitada, la luz traspasó la resina fósil y el caparazón de un escarabajo milimétrico atrapado en ella hasta contemplar, por primera vez en la historia, los ojos y el cerebro de un insecto que habitó la Península en el Cretácico. Hasta este momento se consideraba impensable que restos de esta antigüedad pudieran conservar algún rastro de sus entrañas, pero la luz de los sincrotrones, un tipo de acelerador de partículas que genera luz más intensa que la del sol, están cambiando la historia.


"Estamos abriendo un nuevo mundo de posibilidades", explica Carmen Soriano, la investigadora española del ESRF que dirige el análisis del ámbar español, único en el mundo por su antigüedad y especies encerradas en su interior.

Soriano espera encontrar, al menos, 80 especies nuevas de escarabajo

Cuando España era una isla

Hace 100 millones de años, España era una isla. Los Pirineos aún no existían y, en su lugar, había un estrecho mar que bañaba desde Cantabria y el País Vasco hasta Teruel. Era una costa plagada de coníferas hoy extintas. Las frecuentes tormentas rompían sus ramas liberando gran cantidad de resina, en la que quedó atrapada la vida diminuta de aquellos bosques. Son cientos de especies nuevas de avispas, mosquitos, escarabajos y arañas desenterradas en Peñacerrada (Euskadi), el Soplao (Cantabria) y San Just (Teruel).

Los insectos compartían este ecosistema cálido (la temperatura media era de 40 grados) con dinosaurios de 10 metros de largo como el iguanodón, y otros más pequeños que se encontraban a medio camino entre las aves y los dinosaurios. El análisis con el sincrotrón de uno de los trozos de ámbar de Teruel acaba de desvelar varias plumas de uno de esos animales. "Son más primitivas que las actuales y no están diseñadas para el vuelo", adelanta Soriano. "Probablemente el pájaro o el dinosaurio al que pertenecieron pasó cerca de la resina y se quedó pegado en ella", detalla. Casi con toda seguridad pertenecen a una especie desconocida hasta ahora.

El análisis de sus estómagos dirá lo que comieron antes de morir

Los yacimientos españoles se han convertido en una referencia mundial, pues datan de un momento único en el que comenzaron a surgir las primeras flores y, con ellas, los primeros insectos polinizadores como los actuales. Aunque algunos yacimientos llevan años siendo excavados, la mayoría de sus tesoros, en forma de nuevas especies, está aún por descubrir, pues su análisis lleva mucho tiempo.

En 2006, San Just aportó una de las joyas de la corona: una tela de araña atrapada en ámbar en la que estaban su dueña y varias presas. "Dada su edad, 110 millones de años, fue un hallazgo tan improbable como importante", explica Enrique Peñalver, investigador del Instituto Geológico y Minero que participó en las excavaciones de San Just. Los detalles de la pieza se publicaron enScience, una de las revistas científicas más prestigiosas.

La tela retrata un momento en el que los insectos comenzaban a cambiar de vida, se movían más rápido y se adaptaban para alimentarse de las nuevas flores que comenzaban a comer terreno a las coníferas. "Cambiaban los insectos y también sus depredadores", explica Soriano. Las arañas, que hasta entonces tejían redes muy primitivas, comenzaron a desarrollar estructuras suspendidas más complejas, similares a las que se conocen hoy. "La evolución siempre sucede por sexo o comida, es decir, para aparearse o alimentarse", resume Soriano.

Mejor aún es lo que está por llegar. La luz del sincrotrón está destapando decenas de insectos desconocidos. Algunos sólo depositaban sus huevos en la madera quemada que dejaban los frecuentes y enormes incendios del Cretácico. Otro de los estudios de Soriano acaba de demostrar que, al contrario de lo que se pensaba, los orígenes del gorgojo no datan de hace 30 millones de años, sino de hace 110, ya que ha encontrado uno de estos insectos atrapado en ámbar de San Just.

Soriano espera encontrar, al menos, 80 especies nuevas de escarabajo. Y sus compañeros que analizan las muestras del País Vasco esperan hallar decenas de avispas desconocidas. La retahíla de descubrimientos está trufando la taxonomía de nombres con sabor hispánico como la mosca Microphorites utrillensis, encontrada cerca de Utrillas (Teruel), o la avispa Galoroma Alavensis, de Álava, cuyo descubrimiento será publicado en unas semanas, explica Soriano.

Los restos pueden identificar al árbol extinto que generó todo el ámbar

"El ámbar español es muy importante porque es uno de los más antiguos y ofrece una ventana única a un mundo que ha desaparecido", explica Vincent Perrichot, un experto en ámbar de la Universidad de Rennes-1, en Francia.

Cerebro al descubierto

La potencia del sincrotrón también está poniendo patas arriba la evolución humana. Hace unos días, el jefe de Soriano, el paleoantropólogo Paul Tafforeau, desveló que el sincrotrón ha encontrado los posibles restos del cerebro momificado de un homínido que vivió hace unos dos millones de años y cuya especie pudo originar el género humano, el Australopithecus sediba. "La calidad y sensibilidad del sincrotrón, comparado con los microscopios convencionales, va a marcar la diferencia en este campo", señala Tafforeau.

«Estamos abriendo un nuevo mundo de posibilidades», dice una experta

Él fue el primero en atravesar ámbar de hace millones de años con los rayos del sincrotrón. "Hice mi primera prueba en 2003, más que nada para divertirme", recuerda. El experimento produjo resultados sorprendentes que se replicaron al analizar restos de ámbar opaco. Donde otros microscopios sólo veían oscuridad, el sincrotrón destapó una constelación de insectos milimétricos que vivieron en Francia hace 90 millones de años. Soriano llegó al ESRF hace un año con una nutrida colección de ámbar español y comenzó a descifrar su historia.

Todo comenzó con una araña de dos milímetros congelada en ámbar de Teruel. Los rayos del sincrotrón la atravesaron muchas veces hasta componer un modelo completo en tres dimensiones de su cuerpo. Después, Soriano aumentó la intensidad del rayo para intentar alcanzar el interior del fósil.

"Cuando abres los cadáveres de estos insectos no hay nada, pues las enzimas de la descomposición se lo han comido todo", explica el investigador de la Universidad de Barcelona Xavier Delclós, coordinador de las excavaciones de San Just, una antigua zona minera al norte de Teruel. En la pantalla de Soriano sucedió lo imposible: las patas de la araña conservaban su musculatura detallada.

El ámbar español contiene decenas de especies aún no descritas

Lo mismo sucedió hace seis meses, cuando analizó un curculiónido, un escarabajo que usaba su afilada trompa para comer frutos y madera. La radiografía del sincrotrón desveló su aparato digestivo, la musculatura de sus patas y sus alas plegadas bajo el caparazón. El no va más fue encontrar intactos el interior de los ojos y el cerebro de otro escarabajo que vivió en el País Vasco en la misma época. "Tiene tanto detalle que es como diseccionar un insecto actual", celebra Soriano. "Esto supone alcanzar otro nivel de conocimiento. Vamos a saber si podían volar y cómo, determinar dónde apareció una especie y cómo se extendió e, incluso, analizar el contenido de sus tractos digestivos y saber qué comieron antes de quedar atrapados".

Más dudoso será cumplir el sueño de Parque Jurásico en el que se resucitaba a los dinosaurios a partir del ámbar. Los yacimientos españoles tienen mosquitos chupadores de sangre pero, aunque acabasen de picar a un dinosaurio antes de quedar atrapados en la resina, la sangre se habrá degradado y su contenido de ADN o ARN, unas de las moléculas más inestables, habrá desaparecido. "Es muy poco probable que pueda hacerse", comenta Soriano. Lo que sí es posible, señala, será rescatar madera masticada por los insectos e intentar averiguar su origen, pues los investigadores aún no han conseguido determinar de qué especie eran los árboles que produjeron toda aquella resina.

Fuente: PÚBLICO

Etiquetas: , , ,

viernes, 16 de abril de 2010

EL MISTERIO DE LA MULTIPLICACIÓN DEL AGUA LUNAR

Los investigadores que alguna vez dijeron confiados que la Luna era completamente seca ahora están pensando lo impensable: la Luna tiene tanta agua que, de hecho, hay una hidrosfera lunar. La nave espacial internacional descubrió recientemente que hay no menos de tres "sabores" de agua lunar y nadie sabe cuándo terminarán los descubrimientos.

Agua lunar. Si lo busca en el diccionario, no lo va a encontrar porque no figura.

Esto se debe a que, hasta hace poco, pensábamos que la Luna era el lugar más seco del sistema solar. Pero luego, la información acerca de la existencia de agua en la Luna comenzó a "llover"; al principio, como estimaciones de escasas cantidades sobre la superficie lunar, después como galones de agua en un sólo cráter y, ahora, se habla de 600 millones de toneladas métricas de agua distribuidas en 40 cráteres cerca del polo norte lunar.

"Creíamos que entendíamos a la Luna, pero no es así", dice Paul Spudis, del Instituto Lunar y Planetario. "Está claro ahora que existe agua allí arriba en una variedad de concentraciones y de ambientes geológicos. Pero, ¿quién hubiera pensado que algún día íbamos a estar deliberando acerca de la hidrosfera lunar?"

Spudis es el investigador principal del equipo Mini-SAR, de la NASA (el grupo que ha realizado el descubrimiento más reciente y más grandioso de agua en la Luna). El instrumento, la sonda radar ubicada en el Chandrayaan-1, de India, halló 40 cráteres, cada uno de ellos con, al menos, 2 metros de profundidad de agua de hielo.

"Si se convirtiera el agua de estos cráteres en combustible para cohetes, se tendría combustible suficiente como para lanzar el equivalente a un transbordador espacial por día durante más de 2.000 años. No obstante, nuestras observaciones son parte de una historia aún más tentadora acerca de lo que está ocurriendo allí arriba en la Luna".

Izquierda: Una columna de vapor rico en agua se levanta desde el cráter Cabeus, el 9 de octubre de 2009, luego del impacto del cohete de impulso Centaur, de la nave LCROSS, sobre el piso del cráter.





Se trata de la historia de un ciclo de agua lunar y está basada en los resultados aparentemente dispares (pero tal vez relacionados), obtenidos mediante el Mini-SAR, las misiones recientes del LCROSS, de la NASA, y el Topógrafo de Mineralogía Lunar (Moon Mineralogy Mapper, en idioma inglés, conocido como M3 o "M al cubo"), también situado a bordo del Chandrayaan-1.


"Hasta el momento, hemos encontrado tres tipos de agua lunar", dice Spudis. "Tenemos las gruesas lentes de hielo de cráter casi puro, del Mini-SAR, la esponjosa mezcla de cristales de hielo y tierra, del LCROSS, y la delgada capa del 'M al cubo', que aparece y desaparece a lo largo de la superficie de la Luna".

El 9 de octubre de 2009, la nave espacial LCROSS, cuya sigla en idioma inglés significa: Lunar Crater Observation and Sensing Satellite ó Satélite de Observación y Detección de Cráteres Lunares, en idioma español, halló agua en el interior de un frío cráter que está permanentemente en sombras, localizado en el polo sur de la Luna. Desde entonces, el equipo de investigadores ha estado revisando sus datos minuciosamente.

"Pareciera que al menos dos capas distintas del suelo de nuestro cráter contienen agua y representan dos épocas diferentes", explica Anthony Colaprete, quien es el investigador principal del equipo del LCROSS. "La primera capa, eyectada del cráter durante el primer par de segundos después del impacto, contiene agua y oxidrilo enlazado en los minerales, e incluso trozos diminutos de hielo puro que han quedado mezclados. Esta capa es una lámina delgada y puede ser relativamente 'nueva', tal vez se haya renovado recientemente".

Según Colaprete, este tipo de agua lunar se parece al agua lunar descubierta con el M3, el año pasado, en cantidades escasas pero ampliamente distribuidas, adherida a las rocas y a las partículas de polvo en los milímetros más superficiales del suelo lunar.

La segunda capa es diferente. "Contiene mucho más hielo de agua, además de un tesoro de otros compuestos que ni siquiera estábamos buscando", dice él. "Hasta el momento, la cuenta incluye bióxido de azufre (SO2), metanol (CH3OH) y la curiosa molécula orgánica diacetileno (H2C4). Esta capa parece extenderse hacia abajo al menos 0,5 metros y, probablemente, es más antigua que el hielo que estamos encontrando sobre la superficie".

Los investigadores aún desconocen por qué algunos cráteres contienen grandes cantidades de hielo puro mientras que en otros predomina una mezcla de hielo y tierra. Quizás sea una señal de que el agua lunar proviene de más de una fuente.

"Tal vez parte del agua se forme allí mismo en la Luna", dice Spudis. "Los protones del viento solar pueden producir pequeñas cantidades de agua contínuamente sobre la superficie lunar mediante la interacción con los óxidos de metal en las rocas. Pero quizás otra parte del agua sea depositada en la Luna acarreada desde otros lugares del sistema solar".

La Luna está siendo bombardeada constantemente por objetos de impacto. Los asteroides contienen minerales hidratados y el núcleo de los cometas está compuesto por hielo casi puro.

Los investigadores piensan también que gran parte del agua en los cráteres migra hacia los polos desde las latitudes lunares bajas y más cálidas. "Lo que nos dicen todos nuestros hallazgos es que en la Luna hay un ciclo de agua activo", relata Colaprete, maravillado.

Piénselo. El "lugar más seco del sistema solar" tiene un ciclo de agua.

"Es un mundo totalmente diferente el que está allí arriba", afirma Spudis, "y apenas hemos comenzado a escarbar la superficie. ¿Quién sabe qué otros descubrimientos nos aguardan?"

Agua lunar. Agrégelo a su diccionario.

Fuente: NASA

Etiquetas: , ,

jueves, 8 de abril de 2010

ACEITE DE SERPIENTE


Hoy quisiera tratar del Aceite de Serpiente.
Sí, pero no se trata de escribir ni de ninguna grasa, ni de ningún reptil.
En el mundo anglosajón se denominan "aceite de serpiente" (Snake oil) a aquellos productos con supuestas propiedades medicinales o beneficiosas para la salud, que basándose en argumentos pseudocientíficos intentan engañar al consumidor.
El nombre recuerda a los productos que vendían aquellos vendedores ambulantes del lejano oeste, capaces de hacer crecer el pelo, curar la depresión, adelgazar o curar cualquier dolencia.

Y esto viene a cuento del excelente post leído en MICROSIERVOS, que transcribo a continuación:

Snake Oil?, scientific evidence for popular dietary supplements es un interesante gráfico de Information Is Beautiful que representa de forma visual algunos de los más populares suplementos alimenticios asociados a determinados beneficios.

Las pompas del gráfico están situadas en una escala de evidencias científicas: arriba los suplementos cuyos beneficios asociados están demostrados científicamente, abajo los que no.




La mayoría de ellos se sitúan del centro hacia abajo. Es decir, que para la mayor parte de ellos no hay pruebas de sus supuestos beneficios, o éstas no son concluyentes, no son suficientes o no están claras.

Por tanto no merece la pena siquiera tomarlos expresamente –pero sí evidentemente tomar los alimentos en los que están presentes, que simplificando significa comer de todo un poco.

Es sorprendente que aunque la inmensa mayoría de ellos están en la zona media baja (sin pruebas científicas) sin embargo sus beneficios asociados prácticamente se dan por hecho.

Incluso algunos de ellos aparecen anunciados como si sus beneficios estuvieran científicamente demostrados, como el Omega 3 que ya hace tiempo denunció MedTempus en El Fraude de las Leches Omega 3.
Las fuentes de los datos utilizados en el gráfico se pueden ver aquí.


Fuente: MICROSIERVOS



Etiquetas: , , , ,

viernes, 2 de abril de 2010

EL CEREBRO INVENTÓ LA RELIGIÓN PARA EVITAR EL ESTRÉS


Karl Marx se equivocaba cuando consideró a la religión como el opio del pueblo. En realidad, como está demostrando la neurociencia un siglo y medio después de que el filósofo alemán escribiera aquella sentencia, el destinatario de su poder analgésico es el cerebro.

Apoyados en la biología evolutiva, las últimas técnicas en neuroimagen y el análisis de residuos cerebrales, dos científicos estadounidenses explican en el libro God's Brain (El cerebro de Dios, ed. Prometheus Books ), publicado en EEUU a comienzos de marzo, cómo la experiencia religiosa libera una serie de neurotransmisores y hormonas que mitigan el estrés que sufre el cerebro ante los pequeños problemas de la vida diaria y las grandes preguntas que, desde siempre, se hace el ser humano.

"Sostenemos que el cerebro creó la religión y la idea de Dios", explica el antropólogo Lionel Tiger , profesor de la Universidad Rutger y coautor del libro. "Sospechamos que nuestros ancestros imaginaban cosas que les atemorizaban, así que, para reducir ese miedo, produjeron una idea de Dios y formalizaron las religiones", añade.

Desde mucho antes de la Ilustración, pensadores de todos los tiempos han cuestionado la sobrenaturalidad de la religión. Filósofos, librepensadores y científicos, en especial desde que se hicieron públicas las teorías de Darwin y los trabajos de Mendel sobre genética, han visto en la religión una creación humana destinada a hacer la vida en la Tierra algo más confortable. Pero no dejan de ser opiniones o teorías mejor o peor fundamentadas.

80% de creyentes

Algunos científicos, como el conocido biólogo Richard Dawkins, han acusado a los creyentes de autoengañarse o de tener sus capacidades mentales disminuidas. Con el 80% de la población mundial que se declara creyente de una de las 4.000 religiones que existen, según el libro, una explicación así deja poco margen al futuro de la especie humana. En realidad, según estos autores, el cerebro ha fabricado la religión en su propio beneficio. Y la llegada de la neurociencia y los experimentos con el cerebro han permitido conocer mejor cómo lo hace.

El neurólogo Michael McGuire , coautor del libro y profesor en la universidad californiana de UCLA, descubrió hace casi 30 años cómo estudiar el cerebro de los chimpancés por medio de los residuos de su actividad neuronal sin dañarles. Sus trabajos le permiten sostener que también tienen un sentido de lo que está bien y lo que está mal, es decir, la moral. "No es descabellado que los chimpancés tengan una idea de Dios, pero no tenemos evidencias", opina McGuire. Y no lo es porque ambas especies comparten una misma base biológica, posible origen de su moral.

Pero el impulso definitivo al estudio del cerebro lo han dado las distintas tecnologías de neuroimagen (resonancia magnética, tomografías, o magnetoencefalografía). En el repaso de los más recientes trabajos en este campo que hace el libro, se observa cómo la fe en Dios reduce los síntomas de la depresión y favorece el autocontrol mientras que la meditación mejora algunas capacidades mentales. Otro estudio también reveló que los creyentes viven más que los ateos o los agnósticos.

La causa hay que buscarla dentro del ser humano. A pesar de ser la especie más poderosa, es presa fácil del miedo y la incertidumbre. Esto genera estrés neuronal, deteriorando las dendritas y reduciendo la neuroplasticidad. Induce más de 100 cambios en el cerebro.

Según los autores, sólo la religión ofrece un bálsamo trinitario formado por la "socialización positiva, los rituales y una creencia, generalmente en la otra vida". La experiencia religiosa libera neurotransmisores como la serotonina la dopamina o la oxitocina, que dan paz al cerebro. Aunque los ateos y los agnósticos pueden combatir el estrés con actividades que recreen esta socialización, "siempre les quedará algo de dolor, a menos que crean en la otra vida", aseguran. Desde un punto de vista evolutivo, parece un suicidio no ser religioso.
Fuente: PÚBLICO

Etiquetas: , , ,

Mi foto
Nombre:
Lugar: CORDOBA, Spain

Dr. Ciencias Ambientales y Biólogo